OCHATE.
Ochate (se cree que en euskara antiguo significa puerta del frío) es una localidad burgalesa del Condado de Treviño, deshabitada desde hace un número indeterminado de años, que ha adquirido cierta fama debido a supuestos fenómenos paranormales. El nombre de Ochate significa -según investigadores como Julio Corral y Antonio Arroyo- "paso de arriba" o "paso alto", aunque se puede especular con acepciones como "la puerta de los espíritus o "la puerta de Gog" (Personaje bíblico del Apocalipsis de San Juan).
Localización Geográfica
Situado en el castellanoleonés Condado de Treviño (provincia de Burgos), a 33 km de Miranda de Ebro (Burgos) y 14 km de Vitoria.
Para llegar a Ochate si se viene desde Miranda de Ebro por la Nacional I hay que dirigirse hacia Uzquiano y luego seguir hacia Imiruri, donde se puede dejar el vehículo (si se accede al pueblo a través de un vehículo). Si se va de Vitoria a Logroño por Peñacerrada se puede tomar el desvío hacia el pequeño pueblo de San Vicentejo.
El camino hacia Ochate se debe hacer a pie por un camino de tierra. Al rato se verá la torre de Ochate. Hay que tener precaución con el barranco que rodea el pueblo, sobre todo si se va de noche.
Estado Actual de Ochate
El pueblo está abandonado y en ruinas. Tan sólo alguna casa, además de la torre de la antigua iglesia de San Miguel, aún se mantiene en pie. El resto está derruído.
Existe una necrópolis medieval en las cercanías del pueblo, con tumbas excavadas en la roca.
También se conservan los restos de un antiguo templo, en un alto cercano, conocido como Ermita de Burgondo, desde donde se aprecia una vista inmejorable del pueblo. Los orígenes de esta ermita siguen siendo un misterio, y es uno de los lugares que más leyendas acapara.
Ochate y los fenómenos paranormales
Este pueblo es conocido por el misterio que desprende; tanto es así que se ha convertido en un lugar de peregrinaje para los amantes de lo paranormal.
Estas leyendas salieron a la luz debido al reportaje publicado a principios de los años ochenta por la revista de fenómenos paranormales "Mundo Desconocido" titulado "Luces en la puerta secreta".
La historia del pueblo de Ochate, que se ha basado más en el boca a boca a raíz del popular artículo de Muguruza que en datos reales contrastables, habla de que este poblado quedó deshabitado a raíz de una serie de misteriosas epidemias en el siglo XIX, de viruela, tifus y cólera, por ello tiene fama de "pueblo maldito".
Ha de señalarse que las fechas de las epidemias en el pueblo no coinciden con las epidemias de estas enfermedades que azotaron el resto de la provincia de Burgos y de la vecina Álava, y que no existen datos en el archivo episcopal de mortandades tan elevadas.
Además, por documentos del archivo diocesano de Vitoria donde se habla de visitas pastorales a la zona y por fotografías del pueblo todavía en pie recogidas del fondo fotográfico de la Diputación Provincial de Burgos, se estima que el pueblo fue abandonado entre los años 1920 y 1930, en circunstancias naturales, debido a la migración a las ciudades, como ocurrió con muchas poblaciones de España en esa época.
Por tanto muchos expertos consideran que los datos que forjaron esta leyenda no son fiables, si bien se aprecian determinados hechos que pueden tener un fondo real.
A raíz de la fama de Ochate han surgido diferentes historias, la mayor parte de veces de mano de investigadores de lo paranormal como el propio Muguruza o Iker Jiménez.
Estas historias hablan de:
- la extraña desaparición del párroco de Ochate, Antonio Villegas, en 1868, .
- La alerta recibida por las autoridades en 1947 debido a la existencia de extrañas luces en el pueblo, y la caída de un rayo en la torre de la iglesia de la localidad, donde apareció un medallón, actualmente en paradero desconocido.
- Desapariciones de personas en extrañas circunstancias en las cercanías del pueblo.
Sucesos modernos: OVNIs y Psicofonías
Las investigaciones de Prudencio Muguruza y las posteriores de Iker Jiménez, hablan de una serie de sucesos modernos:
- En 1980: se graba la psicofonía de Pandora o kanpora (que significa ¡fuera! en euskera).
- En 1981: la comentada fotografía del OVNI de Prudencio Muguruza
- En 1986 y 1987: apariciones paranormales en el pueblo.
- En 1987: la primera y tercera compañías de carros blindados de la base militar de Araca (Vitoria) estuvieron perdidas durante más de cuatro horas deambulando por una espesa niebla en Ochate.
- En 1987: desaparción de un investigador en el pueblo, y aparición de su figura meses después, con la psicofonía ¿qué hace aún la puerta cerrada?” (que podría entenderse como la pregunta a que por qué está el pueblo cerrado, o lo que es lo mismo, deshabitado).
¿Son ciertos estos sucesos?
Hasta 2007 no se había realizado una investigación formal (ampliamente aceptada) sobre la realidad o no de fenómenos paranormales en la zona: la existencia de fenómenos paranormales en el pueblo tiene sus partidarios, que consideran las pruebas irrefutables y por tanto un lugar maldito; mientras los detractores opinan que todo es una leyenda promovida por la divulgación popular y el sensacionalismo.
En esta fecha (enero de 2007) se publicó el libro "Ochate. Realidad y leyenda del pueblo maldito" (Editorial Aguilar), de Antonio Arroyo y Julio Corral, único trabajo hasta el momento que profundiza seriamente en la historia y los misterios del pueblo.
En este libro se presenta una rigurosa relación de datos históricos sobre la zona, que abarcan desde 3000 años antes de Cristo hasta la actualidad, cubriendo épocas tan diversas como el neolítico, la romanización, la edad media, etc. Es destacable que, en base a los datos aportados, los autores descartan que el fin del pueblo se debiese a las famosas epidemias y muestran por vez primera la secuencia real de la despoblación, así como sus causas.
En cuanto a la faceta "paranormal", los autores sacan a la luz algunos casos inéditos realmente sobrecogedores, como el de un violento asesinato (real y documentado) ocurrido en una de las casas del pueblo, los sorprendentes testimonios de miembros del ejercito que vivieron situaciones extrañas durante una serie de maniobras militares, o los relatos de personas que afirman haber vivido experiencias inexplicables en el lugar. Un trabajo muy interesante.
La estampa que ofrece Ochate al visitante es ciertamente pintoresca, e incluso se podría decir que un tanto aterradora. La vegetación es escasa. En los cuatro árboles que rodean el torreón abundan las ramas, peor las hojas escasean, siendo el color grisáceo del tronco el color predominante. Parecen no tener vida, pero la tienen, llevan así años, impasibles testigos de todo lo que allí acontece.
El torreón Ochate:
El torreón de Ochate fue construida en 1234 en honor a San Miguel, por lo que se le conocía como “La Torre de San Miguel”. Debido a su piedra blanquecina, muchos historiadores apuntan a que pudo ser utilizada para guiar a carruajes y campesinos cuando llegaba la noche.
La iglesia de Ochate (ermita de Burgondo):
La iglesia, de estilo románico, está situada en lo alto de un monte cercano a Ochate. Su interior está muy dañado por los numerosos bándalos que se han acercado hasta allí para organizar sus botellones y rituales. No tiene tejado alguno, y hoy en día solo sobreviven las tres paredes del edificio, ya que en el año 1964, la parte frontal (que contenía la puerta y portada de la iglesia) fue trasladado a la iglesia de la cercana población de Uzkiano, donde hoy día puede ser observada.
OCHATE EN LA HISTORIA
La historia de Ochate comienza en 1134, cuando se llamaba “Goate” (puerta de arriba). Dentro de la Nómina de San Millán se hace referencia a un pueblo de quince habitantes. A partir de 1254 y hasta el siglo XVI, no existe dato alguno del pueblo, por lo que no es posible saber qué es lo que aconteció durante aquellos años. En 1557 aparece un dato sobre la localidad, ya con el nombre de Ochate, en el que se nos dice que está despoblado. Esto sería debido a la emigración de sus habitantes a otros pueblos y la muerte de los que se quedaran allí.
En 1750, Ochate vuelvo a albergar vida. Seis son las personas que vivían allí. Hasta el siglo XIX, el pueblo fue creciendo hasta convertirse en uno de los lugares más poblados de toda la comarca. Ése fue el momento cumbre de Ochate, ya que a partir de aquí la población comenzaría a descender debido a las distintas epidemias que azotaron el lugar. Primero fue la viruela en 1860, luego el tifus en 1864, y por último el cólera, quien acabó con todos los habitantes en el año1870, dejando el pueblo sin vida. Según dicen las crónicas, el cementerio no dio abasto, por lo que se decidió enterrar a todos los cadáveres en la vaguada que forma el centro del pueblo.
Muertes trágicas:
El 20 de Agosto de 1970, justamente el mismo día en el que despareció Juan Peché, el agricultor F. Amestoy apareció en el sendero que conduce al pueblo totalmente calcinado. Nadie fue capaz de encontrar nada que pudiera explicar tal hecho, y aún hoy en día se sigue sin saber nada en cuanto a lo que aconteció aquella noche.
Años más tarde, hubo otro hecho que marco para siempre la historia de la investigación en Ochate, el suicidio de Alberto Fernández, investigador de todo lo relacionado con este pueblo. Todo ocurrió en 1987, cuando grupo de investigadores, entre los que se encontraba Alberto Fernández, decidieron ir a Ochate para intentar obtener alguna psicofonía. La noche parecía ir estupenda, ya que habían conseguido captar dos Psicofonías, las ya famosas “Pandora” (o “Kanpora”(fuera en euskara)) y “¿Qué hace la puerta cerrada?”. Pero lo que jamás hubieran imaginado los compañeros de Alberto Fernández, sería que aquella noche iba a convertirse en la peor de sus vidas. Cuando todos se dirigían a sus coches, se encontraron a Alberto Fernández asfixiado dentro de su coche y con las ventanillas selladas. Aquello les marco para toda su vida. Lo insólito ocurrió meses más tarde, cuando varios de su compañeros se acercaron a Ochate y afirmaron que por el huevo de la puerta de un cobertizo cercano a la torre, vieron un rostro humano con barba y nariz aguileña, que reconocieron como el rostro de Alberto Fernández. En una entrevista que realizó Iker Jiménez (y reflejada en su libro “Enigmas sin resolver I”) a uno de sus compañeros, Fernando Gil, éste afirmó lo siguiente:
“Para mí, esta muerte, este suicidio, tiene otro significado. Él estaba obsesionado con Ochate, venía con nosotros constantemente a investigar con nosotros. Fueron diversos problemas personales los que le condujeron a aquello, y no las energías negativas del pueblo maldito como algunos piensan. Para mí, a pesar de todo, fue también una muestra de decirnos, “¡seguid adelante, porque ahí, en la puerta secreta existe algo desconocido!” Quizá por eso su imagen se apareció en el pajar...”
Epidemias ilógicas:
Sin lugar a dudas las epidemias fueron las que caracterizaron a este pueblo, ya que mientras los habitantes de Ochate morían a consecuencia del cólera, el tifus o la viruela, los pueblos cercanos (Imiruri, San Vicentejo, ...) no sufrieron ninguna baja. Y este dato resulta altamente extraño y curioso a la vez, ya que Ochate era una localidad en la que se hacía constante tránsito de animales, agua y alimentos, por lo que resulta extraño que esos tres tipos de enfermedades altamente contagiosas asolaran este pueblo sin causar ni una sola baja a las aldeas colindantes, y luego desaparecieran sin más. También resulta bastante curioso que fueran el cólera, el tifus y la viruela las causantes de las epidemias, ya que desde hacía varias décadas estaban controladas en todo el estado.
En una década, Ochate sufrió tres epidemias. La primera sucedió en 1860, cuando la viruela se extendió por todo el pueblo. Alrededor de diez personas fueron las supervivientes. Más tarde, el 1864, el tifus hizo aparición, y apunto estuvo de dejar el pueblo sin un alma. Rápidamente la población aumento, pero poco importó, ya en el año 1870, una epidemia de cólera acabó con la vida de todos los habitantes de Ochate. Desde entonces, este pueblo ha permanecido en silencio y sin que nadie haya vuelto a intentar repoblar el pueblo de nuevo.
OCHATE EN LA ACTUALIDAD:
En la actualidad Ochate es un lugar vacío, en el que apenas se sujetan las cuatro casas que quedan. Desde que en 1981 salió a la luz la foto de Prudencio Muguruza y todo lo concerniente a la “maldición” de este pueblo, muchos han sido los que se han acercado hasta allí para realizar sus particulares rituales. Desde hace algunos años, ninguno de los vecinos de Imiruri o San Vicentejo quieren hablar con los turistas que allí llegan. Están cansados de todo el movimiento de gente que hubo hace unos años, y no s extraño encontrarse con una mala contestación cuando uno va allí. Además, en los últimos años Ochate se ha vuelto lugar de peregrinaje para todos aquellos amantes del botellón, que dejan todo el lugar lleno de basura y botellas de plástico.
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